El centrocampista ha firmado con los giallorossi hasta 2030: «Estoy aquí por Gasperini, me gusta su mentalidad». Y su padre, extenista: «Roma es la ciudad adecuada, cuando jugaba en el Foro Italico veía ríos de gente ir al Olímpico».
Se presenta con una sonrisa, la misma que lucía a su llegada a Fiumicino hace dos días. Neil El Aynaoui ha hablado hoy por primera vez como jugador de la Roma tras el anuncio oficial de ayer por la noche que vincula al franco-marroquí con el club giallorosso hasta 2030. «Qué bien me han recibido, no me lo esperaba. Estoy aquí para ayudar a que la Roma vuelva al lugar que se merece. Agradezco a la directiva por cómo ha gestionado la negociación y estoy deseando trabajar con Gasperini. Lo seguí mucho cuando estaba en el Atalanta, me gusta su mentalidad», declaró El Aynaoui a los canales oficiales del club. También explicó el motivo por el que ha elegido el dorsal número 8: «De pequeño vivía en Barcelona y era hincha del equipo catalán, siempre me ha gustado Iniesta».
Y Neil acabó en España por «culpa» de su padre Younes. Porque Barcelona era precisamente la base de entrenamiento del famoso extenista, uno de los iconos de Marruecos de principios de la década de 2000. Cinco títulos ganados, el puesto 14 en el ranking ATP y ese desafío interminable (5 horas y media que terminó 21-19 en el quinto set) contra Andy Roddick en los cuartos de final del Abierto de Australia. «Pero mi padre nunca me impuso nada. Yo jugaba al tenis, pero él vio que solo pensaba en el fútbol. Me pasaba todo el día con el balón entre los pies y me dejó libre para elegir, igual que hizo con mis hermanos. Sin embargo, a veces todavía jugamos al tenis juntos», sonríe Neil, que nació en Nancy, pero a los dos años se mudó a Gavà, en las afueras de Barcelona, para facilitar los entrenamientos y los desplazamientos de su padre. Y es aquí donde el pequeño El Aynaoui demuestra pronto que le apasiona más el balón que la pelota, gracias también al Barcelona de Messi e Iniesta.
LOS CONSEJOS DE PAPÁ— Papá Younes y mamá Anne-Sophie siguen viviendo en España. Pero conocen bien Roma. El extenista, que habla siete idiomas, reiteró en una entrevista a La Stampa que la elección del fútbol fue más que natural. «Desde pequeño, Neil se enamoró del fútbol, vivíamos en una ciudad que vive por y para el fútbol. Veía vídeos de partidos mientras sus amigos veían películas, se informaba. También juega muy bien al tenis, pero el fútbol es su pasión. Incluso en casa, no hace más que jugar con el balón». A pesar de la diferencia entre ambos deportes, Younes tiene más de un consejo que dar a su hijo: «En primer lugar, sobre qué comer, qué hacer para convertirse en un gran deportista. Pero sobre todo le he dicho que su objetivo debe ser ganar el Balón de Oro. Si no lo consigue, no pasa nada. Pero para estar en paz con uno mismo hay que intentar siempre dar lo mejor de sí mismo». Sin duda, Roma es la ciudad adecuada. «Cuando jugaba en el Foro Italico veía las multitudes que iban al Olímpico», explica el extenista. Por cierto, mi madre es francesa, pero su apellido es De Gubliermi: mi abuelo emigró en los años 50 de un pueblecito cerca de Vicenza y solo hablaba italiano. Roma es la ciudad ideal para él, es una ciudad fantástica y además se come bien, así que vendré a verlo a menudo».

CENTROCAMPISTA MODERNO— Una ciudad que El Aynaoui junior nunca había visto. «Nunca había estado en Italia», admite Neil. «Antes de partir me habían dicho que Roma era una ciudad fabulosa y no es mentira: además de ser un club increíble, es un lugar maravilloso. Tenían toda la razón sobre mi destino». Ahora habrá que ver si Massara tiene razón sobre las cualidades del exjugador del Lens, por el que pagó 25 millones. «Me describiría como un centrocampista moderno, con buena resistencia y capaz de jugar en ambas mitades del campo. Siempre estoy dispuesto a dar el máximo y recorro muchas distancias con generosidad y sacrificio. Antes de jugar en el centro del campo jugaba más adelantado, por lo que siempre he tenido olfato de gol. Hay sistemas que me permiten entrar en el área, algo que, como he dicho antes, me gusta y se me da bien», concluyó El Aynaoui.