Los dos entrenadores se enfrentan por primera vez en su carrera: estas son las jugadas de los nerazzurri que pueden marcar el partido

¿Yo, novato? Cristian Chivu sonreirá cuando le hablen de su primer derbi de Milán. En realidad, ya ha disputado seis sin perder ninguno: no estamos celebrando su laureada carrera como futbolista del Inter, en la que, sin embargo, obtuvo grandes satisfacciones en 19 derbis disputados, sino sus credenciales como entrenador del Primavera, que en tres temporadas ha vencido dos veces al Milan y ha empatado los otros cuatro partidos. Con jugadores como Casadei y Pio Esposito, ha podido respetar y asimilar el partido más esperado por los aficionados, incluso viéndolo desde el banquillo. Invicto, además de campeón de Italia durante un año. El domingo, sin embargo, será otra historia. No solo porque Chivu se enfrenta a un colega experto, Massimiliano Allegri, que tiene una ventaja de 493 partidos de experiencia en la Serie A (517 a 24 es el recuento total), sino también porque el derbi de los grandes es tensión y emoción, expectativas y desilusiones, valor y miedo. Es diferente, incluso de sí mismo, porque nadie es igual a otro. Ganará el equipo que domine mejor los nervios, quizás. O quizás no. Ganará el equipo que demuestre ser mejor en todo. También en estrategia. Desde este punto de vista, Chivu está listo para meterse en el papel, aprovechando el regreso de Marcus Thuram y las muchas opciones ofensivas que le permitirán desarrollar y adaptar diferentes ideas tácticas. No cambiará de filosofía, sino que la perfeccionará para dominar a su ilustre rival.

Thuram ha trabajado duro durante el parón para estar en plena forma. Su último partido como titular fue el 30 de septiembre, Inter-Slavia Praga, cuando se lesionó un músculo en la sublime flexión que generó un gol de tacón. Con Lautaro se recompone así, en la noche más importante, la pareja de ensueño más prohibida. Sus movimientos serán precisamente una de las claves del ataque del Inter. Lautaro irá a menudo al encuentro del balón, cuando sus compañeros salgan de la presión para acompañar la maniobra, atrayendo a su alrededor al menos a un defensa del Milan, si no a dos. En ese momento, Thuram tendrá el espacio necesario para colarse en profundidad, una de las peticiones preliminares de Chivu, que no quiere rodear al adversario antes de burlarlo: quiere atacarlo y golpearlo de frente.

La agresividad—  Marcus será lanzado por los centrocampistas, todos ellos capaces de verticalizar el juego rápidamente. Pero, por supuesto, para morder hay que mostrar primero los dientes. La agresividad es un requisito mínimo del nuevo Inter, que marcó al Lazio en los primeros minutos precisamente gracias a la presión alta de Bastoni, maximizada por el disparo imposible de Lautaro. Una recuperación alta, como se dice en coverciano, digna de aplauso. Esta vez, el elemento a neutralizar es el genio Modric, al que Chivu no piensa dejar tiempo para pensar en la jugada. Por lo tanto, Lautaro en primer lugar, pero luego principalmente Calhanoglu y los dos mediocampistas deberán sofocar sus razonamientos con un control minucioso. Si, por el contrario, el Milan opta por el balón largo para evitar problemas en la salida, el Inter cuenta con una buena defensa antiaérea y se organizará en consecuencia.

Las precauciones—  En fase defensiva, en cambio, la recomendación de Chivu es fácil de adivinar: no descubrir el flanco al contraataque del Milan, que con Leao y Pulisic puede arrancar a velocidades imposibles de alcanzar para todos los defensas. Es posible que el domingo el Inter vuelva a salir con Bisseck en el centro, el más dinámico del paquete. Pero un solo jugador no es garantía de protección. Serán fundamentales las marcas preventivas y los dobles marcajes: Carlos Augusto, destinado a sustituir al lesionado Dumfries en el lateral derecho, es muy bueno en estas especialidades. No es lo habitual, pero en una situación de emergencia poco importa: Carlos ayudará a Akanji contra Leao. Por otro lado, Dimarco ayudará a Bastoni a contener a Pulisic. Sacrificios propios de un derbi.

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